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. Y
esta es
la razon, que tuvo
el
Sálvador
para
decir, que era nece–
sario
tener hambre,
y
1ed de la jus...
ticia-.
Este no es un deseo
ordina–
rio; es un deseo
.tan
eficaz ,
como
.el
que
nos
inclina
á
alimentar ,
y
~
conservar la vida : deseo invenci–
ble ,
y
ardiente , que
incens~nte4'
mente debemos excitar. En qual–
quiera
estado que nos
veamos
de·
hemós tener
siempre esta sed ,
y
esta
hambre, porque la
capacidad
de nuestro corazon es infinita , co-–
:mo
lo es
' tambien
la perfeccion
a
que hanelamos.
Sobre este cimiento solidisimo
de· la perfeccion de
la justicia
Christiana, construye
J
esu-Chris-–
tto
todo
el edificio, esto
es ,
todos
los
preceptos del
Evangelio ,
para
elevarnos
sobre los
Paganos ,
los
·Judios ,
y
nosotros
mismos. Y to•
do
estos~
halla
comprehendido
en
Matt.
v
48. ~ aquell~
sentencia:
Sed
perf~flos,c~tn~
·vuestro
Pndre
Ce
leJtia.-t.
.;DIA