( 2
45)
diodia,
é hizo
lo
mismo.
Y
eerea de
Ja undécima,
6
á
las cinco de la
tarde,
salió,
y
encontró otros qt:1e estaban
al!i
,
y
les
dixo :
¿
Cómo estais
aqui
ociosos todo el dia? Díxeronle : Por–
que nadie 110s ha
alquilado. Dixoles:
Id tambien vosotros
a
íni
viña.
Y
habiendose acabado el dia , dixo
el
señor de la viña
á
su procurador:
Lla–
ma
á
los
obreros,
y
paga.les
el jornal,
em–
pezando por los ultimos,
y
acabando
por
los primeros. Viniendo,
pues, los
que habian ido
á
la viña cerca de
la
hora undecima, recibieron cada
uno
un
denario ;
y
viniendo los primeros,
pensaron recibir
mas ;
pero
n()
reci–
bió cada uno
sino·
un denario;
y
quan–
do lo recibían, murmuraban contra
el
padre de familias, diciendo : Estos
ul..
timos han trabajado una hora ,
y
lbs
has
hecho iguales
a
nosotros,
que
he–
mos
llevado el pesado
del dia
del
ca–
lor._
Mas él respondjp
diciendo
á
uno
de ellos : Amigo, nÓ te hago injud~
¿no
conveniste
conmigo en un
dena–
rio? TOila lo ·
qu~ es
tuyo,
y
vete.
Q3
Yo