~"'..&.ombre, se le perdonará;
pero.alque;
blasfemare
contra el
EspírJt~1 Santo ,
no
se le perdonara
facilmmte
('1).
,Quando
os llevaren
a
las Sinagogas ;
ó
delante
de los Magistradós ,
y
Potestades,
no
cuideis de
cómo,
Ó
qué
habeis de
f€5;_
ponder ,
ó
dedt
!
porq'ue
el
Espírittl
Santo
os
ense~atá
en
aquella misma
ho·
·ra
lo
que
os fuere üeéesario decir. En-
tonces le dixo
uJio
del
Pt.1eblo : Maes:.
tro ,
dí
á
.mi
he'ttnano que
parta
conmi–
go
la
hereücia. Péro
J
esu5
le
re~pondio:
Hombre,
<qüién
me
ha
const~tuído
Juez
ó
divisor sobre vosotros
en las cosas tem-
porale~ dé
Í,;is ·qué
he despre-eiado aun
la
admi,nistra_cion
sobre la
tie1·ra?
Despu~s
les dixo ·:
Estad
atentos ,
y
guardaos
de
toda ·avaricia , potque
p~t
rico que sea
un
hombre ·,
no
dependé
su vida de los
bienes
que
posee~
. . Propúsbles
tambieh
Jesus
esta
Pi–
rabbla.
U11
hombre rico , cuyas
tierra·s
habían
traído
niucho
fruto discurría den··
tro de sí 1t1ismo de esta manera
t
¿
Qpé
·(t)
\Tease
á
S·.
Mat.
c.12.
v.
-3
t.
6
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hai..