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hipo~r~sía.
Porque
na~ia
hay
ocµltó
que
p.9
venga
~
des~ubrjr~~ ;
ni. ~scc:mpido
que
no ·
venga
4
sa}::>erse. ·
Porque
lp
que
p._abeis
dicho
~n las t¡l)ieblas ,
se
dirá
4
la
luz
del
dia .;
y
lo
qde
hablasteis
al oí..
~o en los
apo,s_entoJ ,
será
publicªdo so–
pre
ios
techos~
r
os digo
á
vo~otros,
que soi.s mis amigos; No temais
á
aque–
llos
que
m3:_tap.
el
cqerpo,
y
despu~·s
d;
esto nada ¡pa~ pueden
hacer.
Pero
yo
O$.
~nseñaré
á
.qtJi~n
deb~is
temer :
T
eui;~
~
aquel , qúe
qespues
de
quitar
la
vida,
tiene
poder
para
arrojar
al infierno! Sf,
yo
os lo digo, temed
á
éste. ¿No s~
yei.1-
q_~n
c¡nco
pajaro~
por
dos ochavos? Con
'todo,
ninguno de·
ellos es olvidado de
Pio~~Aun lo$
cabellos
de
vuestra
ca–
be.zaestán contadp_s todos. No
temais,
pues, .tpucho ll}as
valeis
vosotros que
muchos
paja,ros~ P~r9 os
digo,
á
todo
aquel que
me
confesare
delante
de los
hombres,
1~ co_níesará
por
suyo el Hi–
Jo
del
Hombr~
d;lame
d'1 los Angele.s
de Dios:
pero
-~J
qpS! p.~e /l~gare
delante
~e los
hombres ,
s_~~á/
11~$4~P
del?pte
óe los Angeles d~ .P,ios.,.
_
,Sj
a~uno hablá contra
el
Hijo del
",
Hom·