Table of Contents Table of Contents
Previous Page  171 / 840 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 171 / 840 Next Page
Page Background

100 -

• En esta disposicion, dice una correspond¡mcia del

ejército gubemista,

á la cual dejamos la palabra para que nos describa esta batalla, los enemigos

trajeron una primer violentísima carga á nuestra derecha, procurando flanquear

al mismo tiempo la izquierda.

Serian como las once de la mafiana.

• Los sanduceros

esperaron serenos y arremetieron violentos

á

su vez,

encontrándose ambas líneas con furia igual. Es indecible lo que

allí

sucedió

rechinando lanzas contra lanzas, sable contra sablEt, sin dispararse un tiro mas. (

I)

• En este instante solemne y atroz de la derecha

triunfante, hiélasele la

sangre de Montero

semi-flanqueado,

jefe de la reserva de

300

hombres y

huye despavorido con ella sin tirar un tiro,

abandonando

la proteccion que

estaba obligado á dar en aquella ocasiou gloriosa para otro que no hubiera

sido

él.

• Nuestra derecha domina al fin, vence

y

persigue un instante á la caballería

enemiga, pero se encuentra sin proteccion, con su reserva en fuga

y

hace alto

volviendo á ocupar su linea de batalla por órden del general en

jefe, qne

está dominando otro conflicto en la izquierda

flanqueada,

á

quien su reserva

tambien flanqueada ha dejado plantada: al insigne Tolosa se le aflojó como á

Montero la barriga, huyendo como un gamo con toda la reserva, obligando á

Martinez

á

ganar peleando con

toda la caballería del Salto el costado de la

infantería, en preservacion del ataque enemigo y del pánico del amigo, en

presencia de las reservas idas ambas de arriba cuando el enemigo flanqueaba

y

cargaban de frente.

• Es en este momento crítico en que el alentado General Caraballo tomó

un escuadron (de Ramos) y procura constituirse en reserva en el conflicto de

las caballerías del Salto

y

lo envuelve el enemigo, lo conocen, lo estrechan, y

cuando ya le habían recostado una lanza en las caderas, lo salva un soldado

asestando un tiro en la nuca al lancero enemigo.

• La izquierda se babia salvado, la derecha

ven~dora

y el centro firme, sin

que el enemigo se le animara, merced á la dura esperiencia de Severioo y á los

terribles fuegos que de esta vez hacia nuestra infantería y artillería en proteccion

de la caballería. La infantería enemiga ni intentó venir sobre la nuestra limi–

tándose á desplegar guerrillas y conservándose echada en tierra.

• Intertanto,

600

ó

700

hombres que constituían las reservas habian desapa–

recido sin tirar un tiro, moralizando al enemigo y desmoralizándose nuestra

linea, que, sin embargo, salva la caballería del Salto que estaba sobre la infan–

tería, se conservaba firme y muy alentada por la insigne proeza de la derecha y

por la presencia resuelta de la infantería y artillería que

la

protegla con sus fuer–

zas y

con~rvaba

á

la

Salteña en su seno, alentada

tambien una vez que fué

(1)

Es

exactísimo esto; en ningun comllate

se

portaron mejor las caballerías del gobierno que

"" la batalill del Corralito:

á

la di,•ision del Coronel Caraballo tres veces

la

car¡ó el Coronel Fer–

rer, y tres

veces se

cntreveraroo, consiguiéndolo doblar recien

á

la

tercera carga, y aun

asi

debi·

do en mucha parte

á

haberle entrado por un flanco el ColJOnel Mena con su

escuadron de ca–

b:illeria.

(Nota ¡/e/ autor).