•
1
-18-
Cipriano, dudoso le dijo: muéstrame
tús obras
y
creeré en tu poder; no se qué
·prejuicio me acompaña, creo mi obra va a
fracasar. temo
mi
derrota por ende la tuya,
los instantes que se avecinan se me presen–
tan tan tenebrosos; quizá te seré infiel - al
descubrir algún engaño mister ioso
y
enton...
ces ¡oh Príncipe! no solo te abandonaré
sino seré tu enemigo más encarnizado y pro–
curaré tu ruina por toc1os los medios que
estén a mi alcance
y
seré·
tu eterno enemigo.
-«He abandonado el estandarte de
' Dios para obedecer a mi padre, he sembra–
do la
di~cordia
entre los hombres," he arran–
cado ángeles del cielo; yo persuadí
·a
los
judíos a crucificar a Cristo, esas son· todas
mis ob_ras y
las
-.más pequeñas.
T
ansa estas
mixtura s espárcelas en torno de
la
casa· de
Justina y acudiré en tu ayuda.
Cipriano
hizo todo, tal como
le
dijo el
demonio; más no tuvo éxito su artificio
pues, la virgen J ustina con una señ
1l
de la
Cruz, hizo temblar al mismo demonio.
Desengaño Cipriano de la impotencia
de éste . invocó a un ·segundo demonio más
po9eroso, éste como el anterior se gloriaba
de su_poder y le dijo: Prepara tus mixturas
espárcelas en torno de la casa de la joven
y
en seguida me e-ncargaré . de conquistarla.
Cipriano entre sí decía: Me parece sue–
ño, o no he hecho nada todavía? qué
pas,a .... por qué en es-la vez no resultan
mis obras ....
?
cuando todo lo obrado en