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\
d-ad;
lar~
o tiempo he
sido juguete de ·
fu¡;
.imposturas''.
.
.
El diablo se arrojó sobre él y preten-
dió ahogarle. a punto, de sucumbir, recordó
del
.s-ig no de ,que · se valla
J~s.tina
para
salvarse,
y
exclamó:
¡
Di~s
de Justina so–
córreme! e inmediatamente
lo abandonó el
diablo lanzando (:ontra él anatemas .
y
mal–
diciones ... -
Cipriano, no se arredró ante el peligro
inminente, acababa de
·convencerse que .la
señal de la C1uz era .
el
arma invencible de
los cristianos.
.·
4
e
ipriano, con lág;-imas en los ojos se
quedó desmayado y reflexionó:
-
'Muy loco he sido tn hubPrme dedicadq
.a
servir a un
señor impotente, a un
clios
todo lleno de imposturas; desde hoy me
dedi~
caré al servicio de un Señor
má'3
fuerte, de
un Dios más poderoso
que ese infame.
Ése Señor que desde hoy m.e guie por
el
camino de santidad en el ·.resto de mi vi1a
será el
Dio~
de Justina o
¡Cuánto poder
no tendrá... .. Si sólo .cnn la señal de la
Cruz en que murió
~se
Dios de los cris.:.
tianos puede tanto, ¿qué poder .no tendrá
el mi smo Dios? No, no quiero ya
cr~er
en los prestigios de
ese
infame, renuncio
a sus sortilegios y espero que desde este
mismo momento el Dios de
J
ustina será
·.también el mio''.
.
Acto seguido se fué al templo en busca
pe obispo,
arrep~ntido
se hincó- a sus pies