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mente, en julio de

1937,

los miembros de una expedición del Museo

de Arqueología que

fuer.on

a ..La Chacarilla", al sur de Chancay, en–

contraron también ejemplares de estos conos. En el Cusco se

juega en la actualidad el trompo en la misma forma descrita por

Guaman Poma y lo llaman

Pyscoillu.

El conservador del Museo

de Arqueología de Lima, Juan José Delgado, a nuestro pedido

hizo ante nosotros, con todo éxito, una demostración con los conos

existentes en el Museo.

Sería muy interesante si

s~

llegase a dilucidar la antigüedad

del trompo en

el

Perú, porque a pesar de esta última prueba pre–

sentada a favor de su existencia en la época precolombina, nos pa–

rece imposible que se jugase en aquellos tiempos en forma tan

idéntica a la europea. Por otro lado, estos conos, por

el

mismo

hecho de haber sido hallados en tanta abundancia (y los que cono–

cemos proceden todos de la costa) bien pudieron haber servido

para ser flotadores de redes o para algún otro uso doméstico, y no

-como- el actual juguete.

El marqués de Wavrin nos refiere que entre los jíbaros ha visto

a menudo jugar a los muchachos al tt·ompo, pero en la forma si–

~iente:

"Para hacer este juguete para su hijo, el padre perfora

un cuesco grande y hueco de un género de calabaza pequeña: le in–

troduce enseguida un palito, una de cuyas puntas, muy afilada es

más corta y la otra más larga. El niño no lanza el trompo como

entre nosotros por medío de una cuerda enrollada, sino simplemente

cogiendo el extremo del palo entre los dos dedos a fin de imprimil·

-un , frotamiento seco y lo lanza de este modo al suelo haciénd9lo

dar vueltas" (

83). Y

actualmente los niños de Lima suelen jugar

éon la extremidad de la granadilla, recortando un pedazo redon:\o

.muy cerca del palito, el cual lo recortan hasta determinado tama–

ño. Frotando el palito con los dedos pulgar e índice se le imprime

un movimi.ento de rotación y así se lanza sobre una mesa. Quizá

esta forma primitiva de trompo venga desde tiempos muy an–

tiguos.

Como

ve~nos,

los juegos nos presentan muchos problemas que

están aún por resolver en nuestra América. No dudamos que nue–

vas exploraciones arqueológicas y un estudio detenido y consciente

de las costumbres indígenaS que aún perduran en muchas partes

de nuestro territorio, darán nuevas luces para ayuda rnos a esc'tldri–

ñar este interesante laberinto.

Lima 1940- México 1943.

(83) .- Moeurs et coutnmei . ..

pág.

242-243 .

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