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MOISE$ ARROYO POSADAS
manizac10n del Arte" y "El presente y el pasado del
Vndio".
Enero de 1930 marca un nuevo sendero de
completa orfandad familiar en la existencia de Argue–
das. Muere su padre, el amoroso y comprensivo hom–
bre de leyes, el primer guía de sus inquietudes.
"La Calle"
y
''La Prensa" de Lima y Buenos Ai–
res, acogieron sus ensayos de novelista, sobre todo en
la primera etapa, algunos bien distintos e inferiores, por
cierto, a los que constituyen "AGUA".
Luego se em–
barca en la tarea de editar, junto con escritores como
Tamayo, Tauro y otros, la revista "Palabra". Argue–
das se encuentra en íntimo c·ontacto con los represen–
tantes de la novísima generación, pro.ducto de la tarea
histórica cumplida tan eficientemente por la revista li–
meña "Amauta" y 'sus sucedáneos.
Lo mismo que por
indigenistas que, en política, sociología,
fitert~tura
y
hasta legislación realizaron verdadera obra de trascen–
d encia.
El mismo lo advierte, cuando dice: .-
"Cuan–
do llegué a la capital, el movimiento en defensa del in–
dio había crecido mucho
.Y
se iba convirtiendo en fuer–
za nacional.
Ya en Lima encontré un grupo de escri–
tores y artistas que se preocupaban del indio; unos es–
tudiando el aspecto político y económico, otros solo del
indio como creador de arte".
El forasterito que ayer vagabundeaba de una ha·
cienda a otra, con el tercio de alfalfa a cuestas, con la
pesada cYuz de su soledad en su sangrante espalda va–
pulead a por el mayordomo, hoy canaliza e influye
Uh
profundo movimiento nacional en nuestra literatura. Ya
no es más el joven escritor que tímidamente ensaya sus
composic iones y las lee a sus amig os en la intimidad
y lueg o se dá intensamente a su gran espíritu, que es
el mismo de la nacionalidad, inconfÜndible y único. En
el umbral de su hombredad, en el lirismo de sus pri-