LA MULTITUD Y EL PAISAJE PERUANOS
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blanco abugau, soy mak'tillo falsificado. Mírame bie n
Jatunrumi, mi cabello es como el pelo de las mazorcas.
en la pampa de Tullo, mi ojo es azul; no soy como'
para tí, ]atunrumi Tayta".
Cayetana, la C:ocinera de
Viseca, su único apoyo y bálsamo de sus peque ñas d es–
gracias, ha influido poderosamente en
la
formación
mental con su amorosa adhesión de madre.
El agra–
decido rec·uerdo d 1 autor se expresa así: ,-- "Me v.us–
taba el hablar de doña Cayetana, en su voz estaba
si.~m
pre la tristeza que consolaba mi vida de huérfano, de
forasterito sin padre ni madre" . Gran sinceridad, nos–
talgia y dolor humano lo que encontramos en estos pa–
sajes de la vida de Arguedas.
Ni racial, ni nacional–
mente, el autor de "AGUA" jamás ha pretendido ser
indio.
Sus testig os son los Escoleros, los caminos y ce–
rros de Puquio, "las callecitas bien empedradas y bien
limpias" de los pueblos de la sierra que conoce y en
plena juventud sus lecturas en Hugo , Rodó, Shopen–
hauer y otros.
Su amor al pueblo kechua se inicia
junto con la primavera de su vida.
Sus primeras im–
presiones han quedado marcadas en la íntima y frater–
na comunidad con los indios que conoció en su infan–
cia.
Sus primeros hermanos
fueron los mak'til!os d e
Ak' ola, los ovejeritos de la pampa; m ás tarde los es–
tudiantes de Huancayo, después los de lea y al final
los de San Marcos de Lima, don de termina su pasión
de nuevo redimido.
Nuestra primera Universidad era
entonces un centro de cultura libre, inmejorable hogar
espiritual para un joven ávido de ambiente, su gere.n–
cia y escenario.
Su vida " inte lectual" comenzó en Huancayo, en
19 28, donde tiene la amistad comprensiva y
c:ariño~a
de sus mejores colegas.
"Antorcha" e "Inti", revistas
juveniles acogen sus primeros tanteos sobre la "Deshu-