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D'entre su barro la saqué un día
-y,
con amor, la quise hasta mí alzar,
pero, bien dicen que la cabra al monte tira,
y
una vez más razón tuvo el refrán.
Fp.í un gran otario para esos vivos,
pobres donjuanes de cabaret,
fuí un gran otario porque la quise
como ellos nunca podrán querer.
Lléveme nomás, agente,
es mejor que no me largue,
no quiera Dios que mé amargue
. recordaudo su traición,
y
olvidándome
de
todo
a mi corazón me entregue
y
al volverla a ver 1ne ciegue
y
ahí no más ...
¡Lléveme será mejor! .. .
LA FLOR DE CAÑA
¡Oh, niña hermosa,
de dulce mirada,
consuelo de un triste
que tanto te amaba,
mira que no puedo
vivjr de esperanzas,
sufriendo vaivenes
como la fl0r de caña.
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