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FRIOS DEL ALMA
La tarde era triste, la nieve caía,
de blanco sndario los campos cubría,
ni uu ave volaba, ni oíase un rUJnor.
Y sola en el campo, dejando su hu
lla
pasaba muy triste-, muy pálida y bella,
la nifía que ha sido del r.ampo la flor.
Llevaba en su cinto sú pobre calzado;
su hermano pequefío, que marcha a su lado,
le dice: ¿No sienten la n.ieve tus pies?
1fis pies nada sienten, ·responde con calma,
el frio que yo siento, lo siento n el alma;
el frio de la nieve más duro no s.
Replica el pequeño, que helado tirita:
Más frio que el de nieve, ¿cuál e hermanita?
¿o hay otro que pueda Jlamars mayor?
Aquel que de muert
las alma
taladr
aquel que en el pecho me puso mi madr
el día que a mi esposo me unió
In
an1or.