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huracanados, que _desgajan árboles y deste–

chan casas. Pero al llegar a los valles pier–

den su intensidad y son vientos suaves que

transportan las semillas volanderas, con–

tribuyendo a la multiplicación espontánea

de una variedad de plantas que, con el de–

curso del tiempo, van cambiando el pano–

rama y dando más vida a regiones antes

desoladas. Los vientos en plena· cordillera

son

fu~·rtes;

generalmente siguen a las ne–

vadas,' provocando aludes que obstruyen

los caminos, como el ocurrido en junio de

1942, que obstaculizó el tránsito de camio–

nes a Viloco durante un 'mes y a Quime y

Pacuni, por diez días.

LLUVIAS, GRANIZADAS Y NEVADAS

La

época lluviosa

est~

bien definida en

la provincia; comienza a fines de noviem–

bre para concluir a mediados de marzo,

siendo

el

mes de febrero el más tormento–

so. Llueve con más frecuencia, y aun fuera

de su estación, en los lugares próximos a

la cordillera. En los más altos, las nevadas

Notable corte en "Rosasani", del tramo Quime–

lnquisivi.

y el granizo son casi permanentes. En las

zonas de Quime, Choquetanga y Capiñata

las lluvias ·son tan intensas que pueden cal–

cularse en 250 cm. anuales. Los lugares

templados no conocen nevadas y rara vez

el granizo; así la región que va de lnqui–

sivi y Charapaxi hasta Circuata, donde las

lluvias, en vez de persistentes, son breves y

fuertes, pudiendo calcularse su promed'io

anual en 150 cm. En la pnna, que compren–

de lchoca, Caluyo y las serranías próximas

a los valles, llueve en su época normal, y

se calcula en 130 cm. la caída anual. La

zona de Quime es lluviosa por excelencia;

llovizna pasta 8 días continuos.

No hace falta añadir que las. lluvias, ade–

más de su función en la agricultura, jue–

gan un papel importa,nte en el trabajo de

las minas, pues muchas de éstas esperan la

estación respectiva para poner en marcha

sus mecanismos e intensificar el beneficio

de los minerales.

FLORA

La flora, de lnquisivi, por la variedad de

su clima, ofrece un sinnúmero de plantas

cuyo estudio Eería también el de todo el

reino vegetal boliviano. La puna, que com–

prende lchoca, Caluyo y las alturas de

Quime, Choquetanga, Lanza

y

Capiñata,

produce:

patatas, ocas, quinua, kañahua,

cebada,

etc. Los valles de lnquisivi, Cavari,

Quime, etc., proporcionan a más de los an–

teriore3,

trigo, maíz, hortalizas

y algunas

frutas como

manzanas, duraznos, tumbos,

guindas,

etc. La región yungueña, que abar–

ca Suri, Cajuata, Circuata, etc., tiene plan–

tas frutales diversas, como

naranjas, papa–

yas, plátanos, piñas, sandías, paltos,

etc.

y bosques altos de maderas finas como el

cedro

y el

nogal.

Los lugares más bajos co–

mo Cotambito, Seke-Rancho, San J acinto y

otros producen en abundancia,

quina, cacao,

"'·ainilla

y

arroz.

Las plantaciones de

coca,

café, maní, caña de azúcar, tabaco,

árboles

frutales, etc. constituyen industrias incipien–

tes por falta de-caminos, ya que los centros

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