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tinguen grandes batolitos. Hacia el año

1928, los ingenieros G. Troll y F. Ahlfeld,

miembros de la Sociedad Alpina austríaco–

alemana, efectuaron una expedición de es–

tudio, cuyas investigaciones son valiosas y

sirven de segura, aunque incompleta fuen–

te de información, especialmente acerca de

la presencia de plutones. El batolito se ex–

tiende desde el río de La Paz -desde Me–

capaca hacia abajo el

Chuqui Apu

toma

tal nombre- hacia el norte. En esta incur–

sión dispersa, señalaremos que "el peque–

ño macizo del lllimani, que sale de la ca–

dena hacia el Oeste, aflora en las laderas

inferiores del cerro, especialmente en las

excavaciones glaciales". Por el color oscu–

ro de los costados escarpados y el faldeo

que mira hacia La Paz, se colige que estos

flancos del Illimani están compuestos prin–

cipalmente por esquistos.

Refiriéndose a las rocas filonianas, el

geólogo a quien seguimos en este parágrafo

expresa: "Especialmente en la terminación

meridional de

Sorata~

en las zonas de las

cabeceras del río Challana, las pegmatitas

son muy frecuentes y son estañíferas. El

estaño se explota en

la mina

Fabulosa.

Las pegmatitas de aquella región contienen

además molibdenita, columbita, minerales

de litio, como espodúmeno

y

trifilina, y en

_cantidades escasas scheelita, wolframita y

berilo. Pegmatitas que contienen rutilo e

ilemenita se hallan en la zona del contacto

occidental de cerro

J

ancohuma". Agrega

Una capilla primitiva de Coscapa, Zongo.

T. l.

81

lu~go

que "diques de granito porfírico son

muy difundidos, especialmente en el techo

sedimentario de los batolitos que no han

sido alcanzados ppr la denudación. Así

aflora por ejemplo un dique de granito

porfírico, fuertemente salicificado, turma–

linizado y metalífero, de 200 m. de espe–

sor, dentro de esquistos arenosos eodevó–

nicos en el extremo meridional de la serra–

nía de Chacaltaya situada al norte de La

Paz". Queremos subrayar todavía que no

se trata de la historia geológica de la pro–

vincia sino de sus salientes aspectos exte–

riores. "En la zona del río Challana encon–

tramos, en un ancho de 15 m., esquistos

quiastolíticos atravesados por apófisis de

pegmatitas y de aplitas". Se observan sin

esfuerzo numerosas planicies morrénicas

"del penúltimo ciclo glacial surcadas por

quebradas profundas en cuyo fondo fueron

depositadas las morrenas terminales del

último ciclo glacial. De estas observaciones

deduce Troll un levantamiento

interg1a–

cial". Este dato señala una de las mani–

festaciones típicas de todo el territorio an–

dino, que por revoluciones tectónicas hubo

de elevarse al mismo tiempo que por ley

de basculación se hundía la planicie atlán–

tida. Naturalmente, en el orden de las teo–

rías, se habla de las

oceanides,

pero será

mejor que no ingresemos en terreno tenta–

dor y propicio a

largas disquisiciones.

Yendo a otro lado concreto tomemos, nue–

vamente, al geólogo Ahlfeld: "El río de

Un embalse de agua en la región de Zongo, de

donde viene la energía eléctrica a La Paz.