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huella p ermanente de su tránsito histórico. Pense–
m c:s que es el mismo indio que hoy talla. teje y
pul ~
la materia de acuerdo con las técnicas aprendidas d e
los españoles.
Frente a los cincelados escudos de los conquista –
dor es, los artífices indígenas sintieron la presencia
d e una .provechosa lección y de este prim:e1 encuen ··
tro surgirán los albores de la artesanía mexicana e>n
eí hierro, el cobre y el bronce. Los :españoles tam–
bién lo quieren. Vasco de Quiroga, en Michoacán .
estimulaba el aprendizaje de los o.ficios. Su pre–
ocupación se ve ampliamente satisfecha. La alfare –
ría , los tejidos , la industrÍ'a típica de guitarras
y
violines, el complicado arte de
los
<::smaltes C:e
U ruap:rn,
la
talla policromada y la platería dan
muestra de las facultades del pueblo mexicano. Lo
~eq::· a ñol
y lo autóctono en un flujo y reflujo w ns–
tante, se mezclan y enriquecen
la
producción de
arte popular.:
E l ángel de hojalata que elabora el campesin o.
rep.ret;enta una imagen del credo católico espariol.
El cántaro d e greda que modela el alfarero,
al~o
ti ene de la sobriedad castellana . Las espuelas de
plata que for ja el artesano , siguiendo su instinto
emo ciona l, está ligado a la integridad del caball o
m o ro que trajo Hernán Cortés.
Las artes popula res en México realizan u na
función eminentemente social. Disciplinado al con –
tacto de la materia , :el pueblo adorna su vida , sn
morada y su muerte . México sabe que en su art e .
p opubr está lo más puro de su esencia , el aliento
histórico de su anhelo -de equilibrio y. d e armo ní a :
su inocente júbilo de afirmación terr enal. p ero ta tµ. –
b ién de supera ción humana. Sab e; ad emás , -p erfrc–
tamente bien que el arte es lo único c!\ paz de crear
l<>. unidad nacio nal ; un arte .propío original , vi go –
rc~o ,
espulgado d e ex trañas m odalidad es qu e impi–
dan la plena expresión d e la raza .