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Ton1n parte en
los Capítulos de los
años
174·4,
1747 y
1750,
clese111peñanrlo
si e n1pre algún pues–
to de
i
tn
porta
ncia,
con1
o Definidor
Pro
vi
uciaI.
La
n1uerte
lo sorprendió el afio 1753, sin que
nosotros separúos el
Convento
en que falleció.
El
(.'o n1en
da do r P. de I pa
rri
tiene rna
r~acl
o
~u
superiorato, con
la
dcstrucci6n
de u
na parte del
claustro real
de nuestro Convento del
Cu7.co,oca–
sionada
por
Jos tremendos
tetnblores que se
sintie.
ron
en
el Cuzco,
durante el año de 1742.
l)or
crerlo
in teresa
nte cede
reinos
la palabra
al
anónin10
cronista
del
Cuzco.
[1].
"Con
el
ten1b1or
del Sábado
Santo
[2]
quedó
el
Convento
de . ~~tteslra
Seflora de . la Merced tan
Jastin1ado
y
r;:ljado
todo el ángulo del Claustro
principal,
en
Ja
parte
de la
porteria,
que fué
preci.
~o de~harerlo
lo
que pnsiero en
nhra;
y
el
clestechr
lé
s
celdas
de
aquel castado
y
desatar sus paredes
fué operación
que
duró pocos ías. El Sábado
10
ele
mriyo a
las
10
del día, cayó
todo
aquel
ángulo
con gran estruendo, no sin
especial favor
del cielo
en que
no
pereciese persona
alguna
de las
tantas
q ·1e
estaban
expuestas al peligro, que sólo en alba–
ñiles
y operarios pasaban
de treinta, fuera de los
que cruznban la
portería
y
los coristas que poco
nntes,
acabados los oficios, habían
pasado por
a111.
De
n1anera
casnal vió un corista desde el
án –
gulo del frente moverse las
paredes,
<le lo que d
ió
noticia a los
den1ás
que así
n1isn10
vieron el
n1ovi
n1iento,
huyendo
todos
i11111ediatan1e11te
antes
que
acaeciere Ja ruina. Conocido
111ilagro
de
Nuestra
Señora
y
de su prodigiosa
i1nage11
de la Soledad
que se venera en
aquella .Iglesia,
y
a cuyo sobera–
no patrocinio habian
etÚ'on1endado
los religiosos
la empresa , co n u na n1 is a sol etn ne a
1
in
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e
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a r
se
1
a
obra.
¿Quién
duda que
hubiese
concurrido
en
tan
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An~lt>Rdelt ' u rno. Peí~"
306.
(9.)
Ese añ-> el 24 de
Ma1
zo.
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