';l SCO HIST RICO
!1.-'i¥fachupijd1u
destinada a guardar los cu.f'rpos
~nerados
por lus ha–
bitant.es~
M..achu
Pijcbu.
Tumba.
J
t.emplo man.ista..
Las
Fuen~
Uno de los
rnas
sugt"stivo.s aspectos de
la
vida
de
la
<'-a'Pit~l
ta.mpu es
la
pladda
rensad6n
dlf
bienestar que
a.qui se siente por el
sortilegio
d'."J
clima.
El
agua v1ene
d(·
las
lej~ri.a,;
cumbr£>s. RaJa
por
acuf'–
auctos de piedra. salt.a.n<lo de una terraza a
ot1·a.
y
cuan–
do
s-e
~cerca.
al
Pa.lac10
sie
en ·a uza
por
delicados
e~
na.li>s
quP unen
<ti~is.i-e-te
pilei:.as,
cada
una n
.su~esivas
r1eiTa-
1..as
Las
pequefia.s
y
gra.ciosas fuentr..s son
a.la.doa.ciorno
del barrio
central.
El chorro
cantarino,
limpido. de
inin–
terrumpido fiuir, ponclria fre.soor en el tibio ambiente.
Las Portadas
Con
sus
form.tts trapeciales gf'nuinamenk
inllaicas
::;e
sue
""cl
en
las
port.ad.asdti
blanco g·ranito.
Acee~
a
las
«an<!has. aocero
<1.
la
ciuc:W.dpo.-
las
terrazas su
1
Jbriores.
Much.asde
dobles
jambas
com-0
en pleno Cusco. Todas
oo.u
sus
dint.eles
monoliticos.
algunas
con la argolla supe–
rior
de
cierre, con
~os
cilindJ·.os de
aju.ste,
con
las salien–
te.s
cornisas.
Las
Esf'ali.oata,~
'Bien
.~
ha dicho que Machu
P1.ichu
es
la
ciuda:l
de las
escalinat.as: t,res mil peldaiio.s
oont-0 uno
de los
pneienties exploradores de la
expedici6n
Bingham
Sirven
d.e co1mmicaci6n a. unos anct-enes con otros,
fa,('llit::ni
~1
.oce,so
a. plazas
y
pa.lacios, a remplO.">
1
actoratortos,
2.1
lJ
u~
cl-e
lu:o,, ba
nos
~pulcros
y
piscinas. Unas
W\,"'t'.S
so11
lnbrados
en
la
mis·
ma. rooa., otras los
f
orma.n puliooo
sillares,
en algi.mos
casos son clavos salientR.s para
e.scala.r
o saltar con
li·
gereza. (Fig. 22).
Trepan por rocas
abrupt.as, se des1iza.n por grietas sos..
pecho.sas,
d~<lioenden
ah'osamente
bordeando abismos, las
.<;igue :por )Jn cost.ado con
el
murmul'io
de sus
aguas €1
acueducto.
La
f'S<.'a-limita
es
en Madrn
Pijchu
alegria.,
1ww1mi€nt-O.
vida
Cilindl'os de piedra
Interior
y
exterionnente salen en los muros
cilindros
J
pnsma.s
de
granito;
afuera, son amarradores
del
te–
cho, adentro. tque
ob;eto tenian? Entre
las alhacenas,
~
el espa.c!o intermedio, mas arriba o mas abajo, los
clavos de
pi-ed!'a
s.g ...
~n
una
linea,
se
repiten
ritmica–
men;l:.f!.
Guardan,
qui.ensabe
que
rela.ci.6n con los
w•
cl os.
!!:l
largo de ca
da
clavo no llega a 30
centimetr~
t.
fo
:!er
i.andt
stin~
d().j,
.a,
colgador~s
de
ic.b.ipus?
Fusos
y
despeiia.deros
'mn
este r
ido
ie
g-erifaltes
andinos que es
Machu
Pij"'
chu, a caaa
vu~
se
recibe la
impresi6n
abismal. Desc.t.e
&
bajo,
~1
hombre debi6 sentirse mucho
mas
pequeno
e
impotentR.
Tan
altas
montafi.as.
inaccesibles
picachos,
cortes verticales
en
roca.
int1midan
y
amila.nan al hom–
bre de hoy. Para el tampu
debiera
ser acicate y
~ja
mi('nto. Ascendie-ron
y
dominaron la altura.
Despues
su–
ttieron veneer el horror del vacio,
multiplicando
la
vem
cindad del peligro. (Fig. 23) .
Puestos de vigias
reductos, miradores acercan al pre-