••mf"nte
y
por uno
que
no es de estos
luearo¡,
a dn
de curn
l ac~,.
a
n11 ~-; tr • >~ S11p~r 111ce-;
y
oro·
p1 J1c1on
•
:¡¡
l1)s
jó·
éne.
c~t11 1 IÍ:Fl!e'i
<.le
Cl1nven·
los
f"ra r1c 1.
C~ '' o . -,
esro s
n .
Cf' a 10.s
apuntt!"
q 11e
)e<;
s 1r v;tn
como
punto "
J~
··- royu
a l 1n1ciar
~u'
~s t u d i us
ltn
~ üi ., 1ic1 , s.
Como
nu esta
ni
os
dot2d
1
_.,del don de
la in–
falibil1daJ:
ante!>
bien.
e~tamos pttr~uaJ1dus
de
aquella verdad: «es de!
hombre el
errar»; muy
po~ 1 blo
es, que hub 1é ram r, s incurrido on itlgu–
no'i crro1
ts,
y
que muchos puntos, no c st an,
Acaso, tratl.\dos con el acierto
y
pu lcritud
e
rno
lo
hubiera hecho nuetro L ector, ducho
y
de
mejor pl;;rna que la nuest ra .
Lo dicho
hos
obl.gaa
p~dir
indulgencia,
y
sup licar le no
baga
potar
]O '
de ,acíertos
en
que
hub1érarno'> 1ncu; ido a fin de hacer
las
opor–
tunas
rectdicac1ones posteriores .
P..:ro
hemos
de
e~timar
que las enm1e nJ as que dl·ben h:.cer·
se, nos las h a-gan notar p0í escrito
y
de
modo
razonado .
E!>aS enmiendas, ha r emos que s=
con siguen , por separaLl v, en un Apé ndice pa–
ra
honrad~
su Anotador.
De
todo lo cu<1!, le
anticipamos
nu ~s tro
humilde
y
justa
agradeci–
miente.
A..
M. D.G.
et
B. M. V.