l·nterlores.
Al
franque~r
la puerta, a cada lado, se lu·
cen los escudos de armas de los fundadores, el
Licenciado
y
el Obispo.
Su ornamentación pictórica está toda des-·
truída y deshecha. En la sacristía están los re·
tratos de los dos Mollinedo, con sus respecti·
'
1
as
leyendas.
Entre sus retablos, se conserva el del al–
tar mayor, muy vistoso e interesante,
y
los que
se
encuentran en las capillas del crucero.
Conserva algunos
blandones y cruzal tas
de plata.
pulp1to,
au
que desmedrado, es un
tra·
bajo
n
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J
del
e
u~to
ás.
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1
LA 41: UDE
,
. De
la
calle He
os:pita o de San Pedro,
se sube hacia la Almudena, que está entre el
actual Hospital
y
el Panteón.
Ofrece el interés de conservar en el altar
mayor
la
escultura de la Virgen de aquel nom–
bre, que fue mandada hacer por el Obispo Mo-
11inedo, quien hizo incrustar con el artista que
la
ejecutó, en la cabeza de esta escultura, una
astilla de la Virgen de la Almudena, de la ciu–
dad de Madrid, que trajo aquél cuando vino
a
regir
este obispado. .
El artista que trabajó esta obra fué el es -
~ .
104 .
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