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tuídas puedan ayudarle a enmenda rlos en las edicio–
nes futl_Jras. »
Esta s declaraciones honran a la Academia y deben
comprometer el agradecimiento de los americanos.
Y en verdad que era ya tiempo de que no se sigui e–
r a olvidando que en América hay veinte naciones q ue
hablan el español y cuy a población es mayor, mucho
mayor . que la de la madre patria de que p roceden,
para no acoger en el léxico las voces que les son pro–
pias, y a por causa de responder a objetos desconoci–
dos en ella , y a por las peculia res costumbres de sus
habitant es , o ya por ha berse conservado en su territo–
rio como de uso corriente vocablos del tiempo de Cer–
v antes y al presente desconocidos en la P enín sula .
Y sean cualesquiera los diferentes matice$ del habla
con1ún en las antiguas posesiones e::;pañolas d e Améri–
ca, acaso suman menos diferencias que las que acusan
entre sí a lgunas de las provincias de Españ a . Se impo–
nía a sí que las na ciones americanas tuv iesen la r epre–
senta ción que hoy a lcanzan en la nueva edición del
Dicciona rio, y es de esperar que, iniciado ya el cami–
no, adquiera una m ás amplia todavía en las venideras.
La Real Academia al dar lugar en su léxico a los
americanismos en la ext ensión que lo hace, ha tendido
entre la patria española y la americana un lazo de
unión m ás fu erte que lo que jamás lograrán ni los
tratados de comercio ni las aparatosas embajadas:
unos y otras caducan y pasan
y
el común lenguaje .
patrimonio de ambas, está destinado a p erdurar.
Como se ha visto, no se expresan las fuentes de in–
formación de que se ha echado mano para enumerar y
de.~cribir
los americanismos, que no se necesitaba, en
reaiidad, por ser "bien conocidas; y concretándome a
Chilé , es fácil caer en la cuenta, de!?de el primer mo–
mento, que ellas han sido, principalmente, las obras
de don Zorobabel Rodríguez
y
don l\/I anuel Antonio
Román, y séame lícito decirlo, t ambién mi s
Voces Chi–
lenas,
de las cua les se h an aceptado 226 de las pocas
más que propuse para su incorporación en el léxico
castellano.
Es manifiesto que la mayoría de las voces chilenas