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R. CÚNEO - VIDAL
de se supone que los aillos vencedores en la cruzada memorabl
contra Tiahuanaco trasladarían las momias tutelares de sus dife–
rentes estirpes mediterráneas y costeñas que el antiguo Estado
teocrático mantuvo en rehenes en el hipogeo famoso de Puma
Punco.
Aquella posesión fué altamente significativa.
Copacabana fué, de hecho, la réplica a cuatro siglos de dis–
tancia de Tiahuanaco hierático.
Dan fe de ello la devoción que en nuestros días vemos flotar
en el ambiente de su renombrado santuario y la cariñosa fe que
vemos repuesta en la portentosa
Jl,f
amita
que en él se venera ; la
portentosa Mamita, decimos, a que las turbas contemplan trajeada
y alhajada como una emperatriz; fe cariñosa e ingenua que se di–
ría responder a una serie de añoranzas y de aspiraciones entra–
ñables
no
de hoy, sino de tiempos remotos, repercusión vaga del
culto dedicado a antiguas
ñustas,
a antiguas
coyas,
a antiguas sa–
cerdotisas...
Triunfa la divina [magen en su camarín de trazas de
teotalí
barbárico, en un vaho de incienso, en un ardor de fe comunicati–
va, en un murmullo
insist~nte
de invocaciones y de plegarias...
Su mano derecha sostiene un cetro : emblema de reyecía.
De su izquierdo brazo pende un cestillo de plata, a cuyos
bordes asoma su rostro y sus alas una paloma : remembranza ines–
perada de los antiguos sacrificios.
¿
Cómo no ver repercutir más allá de este presente en que
vivimos, un remoto
pasado~
... ni ¿cómo no ver retoñar, en lo que
pertenece al hoy, lo que tronchó en flor la conquista ; queremos
decir el recuerdo persistente de otras madres, a cuyos oídos, se–
llados hoy por el dedo de la muerte, antiguas turbas elevaron an-
.
~
tlguas preces ....
Léese en las crónicas de Cieza de León:
"Chucuito, que es
la más principal
y entera región que hay
en la mayor parte deste reino; el cual es cabeza de los inqios que
Su Majestad tiene en esta comarca.