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R. CÚNEO - VIDAL
tral, se colige que el primer pensamiento de aquéllos ha debido
ser llevar consigo aquellas reliquias, en calidad de inapreciable
trofeo, al emprender la vuelta a sus respectivos lares.
Obsérvese la geografía religiosa del territorio ocupado por
sus descendientes, y ·se ofrecerán a la mirada los
1nochad,eros
en
que fueron depositadas aquellas prendas; mochaderos, decin1os,
sobre cuyos cimientos el evangelizador castellano puso empeño
en levantar sus templos, encaminado en tal forma, con rumbo a
Cristo y a María, una suma de añoranzas arraigadas antaño en
lo más' íntimo de la sensibilidad de la raza.
La Virge,n de las Peñas, en el Valle de Azapa, la del Carmen,
en el caserío de la Tirana, situado al pie de la sierra de ?-1arapa–
cá, la de Andacollo, en la provincia
coll.agua
de Conquimbo, la del
Socavón, en Or,uro, la de Copacabana, en la península de su nom–
bre, y otras que podríamos citar y que hoy vemos
~onvertidas
en
meta de peregr. ·naciones que parecen copiar los antiguos
raymis
cuzqueños, antójans€noo reminiscencias del culto familiar de las
·momias recuperadas por los Collas al producirse la caída de Tia–
huanaco.
Los Hattn,n Collas transportaron las momias de sus "willcas"
"cullacas" y "ñustas"
(capitanes, cacicas
y
princesas)
a la co–
marca de Sillustani, situada hacia la extremidad superior del lago .
de Titicaca, de que es centro hidrográfico la laguna de Umayo,
Todeada en nuestros días de nobles ruinas funerarias, y las deposi–
taron en Un.a serie de
mochade'f".os
cuyos nombres modernos : Ca–
baña, Cabanilla ("cachuana grande" y "cachuana chica")°, Coata,
Vilque y Sillustani, delatan su carácter
ritual
original.
Los Paucar'' Collas, ·dueños de las tierras de Chucuito, llave,
Pomata, Juli, Acora y Zepita, las depositaron en la península de
Copacabana, la cual había de adquirir desde aquel momento
his~
tórico el vaho del milagro y
s'
(tntidJ.adque flota en su ambiente y .'
que culmina en el culto de su portentosa
Mamita,
la cual resulta
siendo, a esta cuenta, la heredera de los afectos que uua raza
· agradecida profesó a la nutrida teoría de sus "pallas" y de sus
ªñustas" benéficas.