>
i.
_.::. 52
~
.
R. De la salutación del
An~gel
y
de
Santa Isabel
se
ton1ó
la parte
primera
y
la Iglesia añadió la pos-
terior.
·
P. Y la Salve, ¿de
quién
la aprendinios ·?
R. Del uso de la Iglesia.
: • 1
La Salve
.,
.D·z:os te salve "Reina
·v
Mad·te de nzisericordia
·
J
_,
.
.
J
vi'da)
dulzu·¡~a
.)' esperanza nuestra)' Dios te salve .
.1-l
.t~i
l{an"l.anzos los desterrados Jz.ijos
de E·va_, a
ti
susjn>.
ra·~tnos
gimiendo y llorarulo
e1·t
este valle de lágr1>nl-as.
'Ea.j pues) Señora) abo!Jada nuestra), ·vuelve a ·nos-·
)
otros esos tus ojos 1-nisericordiásos)
y
despztés
ae
·este
destierro #tuéstr.anos a Jesús) .fríJtto bettdlto de tu
~vientre.
¡Oh clenterttísinta!
.¡Oh
piadosa!
¡Oh
dulce ·
Virgen María! Ruega ¡;or nosotros,
~)anta
·ll1adre de
IJios)
,pa11-a
que
sea1Jr~os
dir¡nós de alcanzar
las
pron-z.c ..
sas de Nuestro Seftdr
J
e.,su.c1,fisto
~
Amén.
_
P.
Cuando decin1os
estas
oracio~1es,
¿con
quién
hablamos? ,
R.
Con
la
\~irgen
Santa María?
P.
¿Quién
~s
la ·virgen
Santa María?
,
R. Una
gran
~eñora,
llena
de ·virtudes
y
gracia,
Madre
de
Dios verdadera.
P. ¿Dónde está esa gran
Señora?
R._En el cielo, en cuerpo
y
ahna.
P. Y la que
está
en el
:ten1plú,
¿quién es?
R. Imagen suya.
P. ¿De qué
nos
sir\re?
Ri.
De ponernos delanh:'
a.quella:
,jv·t:i q.tJe
te1~re .:..
s~i1ta.
(