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Preces pág.
JI
ORACIÓN.
Por la tristeza, larnentacilín
y
llanto. qnP.
brotó de la profunda fuente de vuestrn co1 az.. n,
al que no podíais sobreponeros, castbima Vir·
gen, (como piadosamente se cree), desfallecis–
tei;; abatida por el dolor, abrazando el cut:rpo
·t:xánime de vuestro santísimo
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la crnz, cuyas megillas antes hern1o.,ís1ma;;
contemplábais apagado su resplandor por la
muerte. lo teníais cubierto ele palidez, de.,tiC>·
zado todo su cuerpo, lleno ele cc1rdenales con
heridas sobre heridas: os suplico nos ayudei:;.
para que llorando amargamente ahora nuestras
culpas, curemos las heridas de n clestra alma
con la m€dicioa de una fructuo a penitencia,
á
hn de que cuan<.io nuestro · cuerpl! se cubra del
horror de la muerte, nuestra alma brille ador –
nada de la limpieza y pureza como en los días
de la inocencia, hasta hacernos dignos de
lllt·
recer los dulce;; ósculos y amt,rosos abrazos de
vuestro dulcísimo Hijo, mi Señor Jesucristo.
yue con el Padre
y
Espíritu Santo vive y reina
por los siglos de los siglos . Amén.
Y!.
Ruega por nosotros 'anta Madre de Dios.
:ij¡.
Para que seamc•s dignos de las lJfOmes;.s
de Jesucristo.
Yf.
Descansemos en paz.
P~.
Así sea.
Cántico de San Buenaventura pag. 33
A Laudes pag. 34
ORACIÓN
FI
AL.
¡Oh -Reina
y
Señora mía María S \Dtísima