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CANTICO.
A
imitación de
Te Deum.
A Vos, oh
M~ría,
os alabamos: á Vos Madre
de Dios por siempre Virgen os confesamos.
A
Vos toda la tierra os venera, por hijd. del
Eterno Padre.
A Vos Angeles
y
Arcéíngeles os sirven á Vos
Tronos
y
Principados os rinden .
·
A Vos Potestades
y
Virtudes
y
todas las
Dominaciones os obedecen.
A Vos hacen corte gozosa los Coros celes·
tiales: Querubines
y
Serafines
y
t.odas las cria·
tu ras
angélicas~sin
cesar cantan que sois:
¡Santa! ¡Santa¡ ¡Santa! María, Madre de
Dios, á la vez Virgen Madre.
Llenos están los cielos
y
la tierra de la gloria
del fruto de vuestro purí.simo vientre.
L os Apóstoles con ardentísimo amor os ala–
ban, como á Madre del Criador.
El Coro rubicundo de los mártires os glorifi ·
ca, como
á
Madre del Redentor.
Los Confesores, con igual piedad, Templo os
aclaman de la Augusta Trinidad.
Las Vírgenes os cantan
que sois modelo de
pureza
y
humildad.
Toda la Corte celestial os honra como á su
Reina: la Iglesia. en toda la tierra,
qs
invoca
y
ensalza
á
una voz Madre de la Magestad divi–
na, Madre santa, piadosa, amable.
Vos amais á los mortales, sois su medianera
con Dios,
é
inundais su inteligencia de radiosas
claridades.
En Vos, para librarnos del pecado,
st:-' bi~
Di0s pasible
y
humanado.