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guro ;/si
esperanz~.
sois la única; si me veo en
terrible pena, mitiga-. luego mi amargura; si
lloro, me acompañais en el llanto; alegre, par-
-
ticipais de mi alegría; pobre y atribulado, me
recibes llena de amor
y
me acogeis como
á
hijo
vuestro. ¿Qué haré yo por vos Madre mía?tCó ·
tno podré rttribuiros tantas pruebas de afecto?
¿Cómo corresponderé dignamente
á
vuestro
cariño maternal? Si el cora7-ón cr>ntrito os agra
da, aquí le teneís repdido
y
ansio. .;o de llegarse
á
vos, amabilísima; si os os gusta una palabra
de afecto, ved aquí el ·Trisagio de este día, que
os ofrezco como en sefíal de mi amor: si que
reis la vida, si quereis el alma, tomaala toda
en~¡tra
que descansará venturosa en vuestro
regazo amable.
¡Oh Madre amorosa!
N.o
me
abandfJneis jamás en esta pobre vida, donde
rr.e rodean tan grandes
peligr:u~
No me dejeis.
paloma mía, valido suJo de mis débiles fuerzas
puesto que sin vos púecería sin remédio, y en
mis caídas no me fuera posible el levantarme
más.
¡Oh, Madre de misericordia! Suplicoos
me a1canceis de Dios,las,gracias de que me ayu–
de en las buenas obras, · me gob ;erne por su
sabiduría, me contenga por su justicia
y
me
consuele por su misericordia, que guarde mi
alma, la Óefienda del común $nemign, ampare
mi cuerpo, me dé fé, esperanza y caridad, ver–
dadera penitencia, perfecta contrición, perse–
verancia en el bieo. una vida casta
y
honesta,
el desprecio al mundo, el amor á Dios y áVos,
el temor santo. el ódio
á
los vicios, el dominio
á las pasiones, la detestación á los afectos car–
nales,
la
mortificación .ele lo.s sentjd<Jt, el valor