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ciencia.
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Samec .
Aborrecí lns itn
p1o~ .
y amé tu santa Ley.
'i ' ú
eres , Señor, mi auxilio y amparo, y en
tu palahra tengo
:~u e '-t '~
toda mi es¡.•eranza.
l<.etirau:; ::le mi. malignos; yo me ocuparé en
e st11diar los mandamiento'< de mi Dios .
. Acúgeme, Señor, según
~u
p:-omesa, y haz
que yu v1va,
y
uo
p c: rma :o~ s
que quede bur.lada
1ui esp ·· ranza .
Ayúd a me.
y
s e ré
s<~lvo,
y meditaré conti-
1•ua
tn
en te tus justo"
d~cretos
1Yliraste con .d es!Jrecio todos aqtJellos que se
desvían de tu,.; justos p 1·eceptos; porque injus–
to es su modo de
¡;e n :- ar.
Reputado he p •1 r prevaricadores
á
todos los
pecadoras de la tietTa: por eso amé
t
ns tes
ti.
uJonios.
Traspasa con tu santo
temor mis car nes;
pué s tus juicios me ha llen«do de espanto.
Ejercido he la rectitud. y la justicia: no me
&bandones en . p <)der de rnis calumniadores.
Da la mano
á
tu
~iervo
para obrar el bien;
no
m~
npnman con calumnias los soberbios.
Desfc~ llecieron
mis ojos, es¡.;erando me·vinie–
ra de t í la salvación, y el cumplimiento de tu
palabra.
•
Trata
á
tu siervo conforme
á
tu mise ricor–
dia,
y
enséñame tus justísimos preceptos.
Tiempo es, oh Señor, de obrar conJigo r:
los s oberbios han hechado r:>or el suelo tu Ley.