EL AYLLU
formales que sustanciales. En el fondo de
esos organismos está firmemente arraigado
el núcleo humano, resistente á la acción del
tiempo. Y esto no solo puede decirse de las
instituciones americanas. En todos los fenó–
menos de la vida social y psíquica de los
pueblos hay una fuerza conservatriz, seme–
jante á la fuerza centrípeta de los cuerpos,
que mantiene casi invívitos los elementos
primeros
u aamentales contra las tenden–
cias de la variedad y de los cambios á que
nos arr--astran otros factores evolutivos. No
andamos, pues, descaminados al servirnos
de la del.ineación del
ayllu
tal cual lo encon–
tramos en
las poblaciones sometidas al
imperio cuzqueño, para remontarnos á la
organización del
aytlu
aymara, perdido para
nosotros en sus primeras fases .evolutivas.
Ahora bien. ¿Cuál puede ser la organiza–
ción del
ayllu
aymara? Siguiendo dos pro-