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contribución americana en los distintos
RifP01·t,
Pa,pers
y demás títnlo de las publicaciones periórlica espe–
ciales, entre cuyas contribuciones podrían citarse como
ejemplo
á,
la de Franz Boas, Hammond 'l'rnmbul, Suan–
tou., Ohamberlain, Brinton y Powel.
Lo que no deja
<le
ser importantísimo para. los america–
ni tas que no han podido con. nltar las fuentes históricas
de la primera, época, e una obra bibliográfica general fun–
da.mentalmente documentada, porque el absoluto conoci–
miento
rl
ella.-; m; una exigencia
á
la que hay que sa–
ti. facer e. pecialmente tratando rle materia histórica, con
c,uyo auxilio Nf'l'á posible entonces apreciar el vaJor exacto
que en las memoria.· originales tienen las razones ele pro–
cedencia cien tífica ó de método, la · consideraciones afines
con la. qne
á
la: e pecia.lida.d pueden establecer ·e,
á.
juicio
general el alcance de las mismas uota. <lespectiva,5 que
suelen aparecer para subsanar evidentes contradicciones,
ó
in motivo .·uh. tancial en cambio, por suerte de aparato
erudito <Í efectismos ealcnlaclo · en exordios excitantes.
Y
:in
exagerar como ya herno.· dicho lo. beneficios de una
bibliografía cowo la que ha concebido el señor Mitre, po-
. dría ha ·ta ·ngerir, sobre todo después de sus consideracio–
nes crítica ·, la forma qne convendría. acloptal' para la
en eñaoza de esa . erie de fenó menos históri co. crue cata–
loga
y
comen fia.
'J.'oda obra bibliográfica como Ja, qne nos ocupa, cuan–
<lo se ha llevado
á
caho con escrupulo.·ic]acl puede com–
plet:n lecturas
y
orientar hacia la concruista de una erudi–
ción genera,l, en la ciencia propia y eu lar-; que con ella