SACRA CONSOLATORIA
44'.l
4435.-Sacra Consolatoria del tiempo,
en las gverras, y otras calamidades pu"'
blicas de la Casa de Austria, y Catolica
Monarq~ia.
Pronostico de sv restavra–
cion, y gloriosos adelantamientos. Dalo
a la estampa el Dotor Francisco Xarque
Cura de la Imperial Villa de Pqtosi, Iuez
Metropolitano por el Ilustrissimo, y Re–
uerendissimo Señor Don Francisco de
Borja An;obispo de las Charcas. Dedícalo
al Ilvstrissimo, y Excelentissimo señor
Don Fernando de Borja del Consejo
de
su
Magestad, Comendador Mayor de
Montesa, Gentilhombre de la Camara, de
la Llaue Dorada meritissimo, y emerito
Virrey en los Reynos de Aragon y Va–
lencia. Con Licencia, En Valencia, en
casa de los hered. de Chrys. Garriz, Por
Bern. Nogues,junto al mtilino de Rouella,
1642.-En
8.
0
,
de
260
ps., s.·12
hs.
p.
n.
EL P. JUAN
NTo:-;10
JARQUE
(?).'
Latassa dice que D. Francisco ]arque
«escribio:
Sacra Cousola{oria del tiempo de
las Guerras,
y
otras calmmiíades publicas
de la Casa da Austria,
y
Catholica lllonar–
qma.
En Valencia por Bernardo Nogues
J 642 en 8.»
(n-,
21). Olvidóse, sin duda, de
que anteriormente había colocado entre las
obras del P. Juan Antonio Jarque
«El.Sa–grado Consuelo
á
la casa de Austria,
J'
lllfo1larchia Catholtca en tiempo de las Guer–
ras,
y
calamidades publicas.
En Valencia
por Bernardo Nogut:s
I
64r. en 8.»,
y
aun
advertido, para mayor expresión, que lleva
«el nombre de su hermano el Dean Don
Francisco»
(m,
370). Este segundo título co–
piólo evi_denteruente de Nicolás Antonio,
según el cual el P.Juan Antonio imprimió
«sub nomine Francisci Xarque, fratris....
Sa–
grado Co1lsttelo a la Casa
~e
Attstriºa, ;• Mo-
1iarqma Catholica en tiempo de l11s guerras
y
calamidades jmbltcas.
Valentire per Ber–
nardum Nogues
r64I.
in 8.»
(r, 636);
así
como el primero se ve que debió de tomarlo
directamente de la _:obra misma que
va
á
TOlllO _IU,
nombre de
D.
Francisco, de qulen no trae
artículo Nicolás Antonio en su
Bibliothcca.
En todo caso, no parece que pueda haber
dificultad en que el
Sagrado Co11suelo
es lo
mismo absolutamente que la
Sacra Couso–
latoria;
como tampoco parece que pueda
haberla en que, si es fácil un descuido en
atribuir ésta al Deán D. Francisco, porra–
zón de lo que suena el título, no lo es tanto
que le hubiera en atribuir aquél al P. Juan
Antonio,
á
causa de la misma seudonimia,
cuya declaración supone por necesidad algún
fundamento sólido, no tan expuesto
á
en–
galio como la simple apariencia. Añádase
que también conviene Sotuelo ep asegurar
crue el
P.
Jarq ue imprimió
«Sacnmi solamm
l111i11s temporis belHs, J; calarrn"latibus
pu–
blicis Domus AustnacaJ,
dJ;
Catholzece lllo-
11archice afjl1Cta!....
sub nomine fratris sui
D. Francisci Karque Valentire per Bernar–
dum Nogues i64I. in 8.» (pág. 402);
y
que
lo mismo repiten en substancia Baíllet
(Au–
teurs déguise
,
pág. 367), Placcio
(n,
619,
núm. 2906), López de Arbizu
(Hz'st.
del
Col. de Zaragoza,
Ms.,
m,
222), Backer
(rn,
1601)
y
Sommervogel (
m,
1324).
Mas ¿bastan todas estas autoridades y
reflexiones para dar al P. Jarcjue por legí–
timo é indiscutible autor de la
Sacra Co11so–
latoná?
R eservando el fallo para otros jue–
ces más competentes, sólo advertiremos
aquí dos cosas. Es la primera que, á nuestro
juicio, se ha dado, no sabemos por qué mo–
tivo, demasiada participación al
P.
Juan
Antonio en las obras que corren á nombre
de su hermano D. Francisco, según tendre–
mos ocasión de verlo más despacio en la
«Vida Prodig1osrr....
».
La segunda es que el
mismo
P.
Juan Antonio, en la
Dedicatoria
que antepuso
á
dicha
T'ida,
cuenta entre las
obra ciertas y auténticas de su hermano
«La Consolatoria del Tiempo en los sucesos
adversos de la Casa de Austria, y Catholica
Monarquia,
y
el Pronostico de su restaura–
ci5, que oy vemos cumplido.-La Oracion
funebre en las H onras de la Reina N. S.–
La declamacio Panegirica en el nacimiento
del Principe.-El Obelisco de Piedad en la
muerte del
Ilu~trisimo
seii,or Don Martín
de Funes....
»;
y, como es cosa probada que
la
Oractºo11 fúuebre,
la
Daclamacion pa11egi-
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