1
de los
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ngelcs. P ro
~po~
6
1·:as~a.
?JllJJai111i. Imaraiou
1
qué no han de ca arse los
Saecrdotceuna mana casa- 1
sacerdotes? Para servir ex-
racui:pacchu? ]'.lana mapa
clusivamente it Dios, iendo
uccu-aicltahua,n, alli su–
limpio en el cuerpo
y
pu-
mac
llumpac almalman
ros en el alma: ¡me , como
Dio ta yupaita. sirvi11gapac;
e posos
y
pafü·e de familia,
lmarmiyuc,
rhuriy110
cash–
no podrían ervir
,¡
Dio
paca, mana mari a/lipaeha
perfectamente. -
Por la
Dio ta sirvin111a11mma.
-
mi ·ma razón los religiosos y
Gha.~nallatae
Religio acuna
las monjas hacen el voto de
J]{onjacunapish
l)io. man
castidnd, pnrn poder ervir
chuya shw1g1i ca ltac nirca-
:í
Dio en el estado do per-
cuna , Paila allijiaclw ir-
fecoión
l.
vi11gapac
1 .
Del Matrimonio.
El e tado de matrimonio,
Huauquicuna, J',Jatrimo-
hermanos, lo ordenó Dios
nio, casaraslu:a cau ·aila
luego quo crió
á
los pri-
Dios callarichircami , ita.u–
meros hombres, varón
y
vac i·unaczmata., carita
.Adán
mujer, llnmados .Ad,tn
y
shutiyucla huarmitapishEva
Eva. Éstos son, en of cto,
shutiyucta cwmashpa;vaicu–
el origeu de todo el género
na mari tucui rzmamuiapac
humano, pues do ellos dos-
p11gyushi11a111i
1
tucui runa–
cienden todos los hombres.
cww
.Adcín
JJ)¡¡a11ishmanlct
Jesucristo honró el matri-
pacari11n1sllcapi. .Azmnchic
1
i se quiere explanar más lo que se dice aquí sobre
el celibato eclesiástico, s puede recurrir
á
la explicación de
la sexta Bienaventuranza (pág. 299).