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Dll LAS SALINAS.
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como en el Perú no hay cosa tan dañosa como aquella yerba,
y
los españoles iban descuidados de recibir muertes tan re–
pentinas por el mismo valle y en la sierra que "decimos
fueron heridos veinte españoles. Y es cosa dolorosa oír del
arte que morían aquellos tristes
1
é
co'n la pena que sus áni–
mas salian de los trabajados cuerJlOS. No se piense que las
fieridas eran muy grandes, mas como Ja contagiosa yerba
fuese de Ja calidad que ya· hemos dicho , no era menester más
de .que las flechas oliesen la sangre
é
picando tan solamente
con las puntas sacasen una gota de ella, cuando luégo
~
ror de la ponzoña subía al corazon,
é
los tocados con grandes
bascas mordían sus propias manos,
é
aborreciendo el vivir
deseaban la muerte,
é
tan encendidos estaban en .aquella
llama ponzoñosa que les abrasaba las entrañas,
é
hacia tanta
impresion que los espíritus vitales les desamparaban,
é,
se–
mejante al que rabia, daban voces como locos; en conclusion,
tenian una temeraria congoja en sí rqesmos que en breve les
llevaba á
'la
sepultura.
El capitan Belalcázar
é
los <lemas españoles se admiraban
de ver las súpitas muertes de sus compañeros; entre veinte
que hirieron se escapó tan solamente uno, que se llamaba
Diego Lopez,
é
la causa por que no murió fué que estando
en un río, él
y
otro su compañero llamado Truj.illo, le hirieron
en la pantorrilla de la
pierna~
é
ántes que la yerba penetrase,
con un anzuelo con que estaba pescando, asió fuertemente ele
la carne de su pierna,
é
sacando un cuchillo se Jodió al com–
pañero
é
le dijo q'ue sin piedad cortase toda la carne que es–
taba alrededor de donde estaba la herida,
é
que no tardase,
porque ya le parecía sentir lo que sentían los que con tales
heridas habían sido muertos;
é
tomando el cuchillo, sin nen–
guna piedad cortó lo que le pareció convenir, con tanta pres-·
teza que la yerba no pudo pasar adelante
é
la ponzoña quedó
en la carne cortada.
É
así este español
~uedó
con la vida, mas
rio con ..e.antorrilla. Visto por el capitan Sebastian de Belalcá–
zar el mal suceso
é
cuántos cristianos le mataban con la
yerba, acordó de se volver al valle de Neyba
é
andar hasta