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GUERRA
que se reformase lo que quedaba, pensó de usar del cargo de
teniente general; pero mirado que no convenía por entónces,
hasta saberse si babia algunas nuevas del capitan Belalcázar,
lo dejó. Los vecinos regidores de Popayap , visto que el capi–
tan no mostraba otro poder más de la comision de juEl_z, de–
cían unos á otros que se espantaban que un hombre de tanto
ser
é
tan grave viniese con poderes tan cortos
á
una tierra que
tan desviada estab-a de donde el G-0bernador residia,
é
no po–
dían creer sino que traia más de lo que decia; otras veces de–
cian que no lo entendian, porque les parecía que no vernia Lo–
renzo de Aldana de aquella manera
á
provincias tan remotas:
é
lo que á todos ellos hacia creer é pensar que traia .más po–
deres era ver que en todo mostraba querer ser parte,
é
hablar
á
los indios, que esto nunca lo quiso disimular. Vista su pro–
vision
é
despues de haber estado en Popayan trece
ó
catorce
días, se partió Eara la ciudad de Cali, donde lo dejaremos
hasta que el discurso de la obra vuelva á tralar de él,
é
dire-
~
mos de la jornada de Peranzures.