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GUllRRA
CAPÍTULO VI.
De c6mo el Adelantado D. Diego de Almagro
,
teniendo su. con
-
sejo sobre lo que haria, envi6 por mensajel'os
á
Lorenzo
de Aldana
e
á
Yasco de Guevara,
á
Hernando
Pizarra, el cual con los suyos habia salido de
la ciudad del Cuzco,
é
lo que entre unos
é
otros pasó.
Pasado de la otra parte del rio el Adelantado con toda su
gente , platicaba
é
decia, que no había de entrar en el Cuzco
hasta que le hobiesen recibido por Gobernador; é dábanle
mucl as carlas, las cuales con todo secreto se las enviaban del
Cuzco
al~
amigos suyos.
É
and ando caminando hácia la
ciudad del Cuzco, anduvo hasta que allegó
á
un llano que so
nombra la Guacabra, que solamente estaba de "la ciudad poco
más de media legua, é allí mandó asentar su real, donde, juntos
los ca pitanes é caballeros principales que con él venian, consul–
taron lo que sería bueno que hiciesen, refirieado el Adelantado
delan te dellos sus servicios.é deseo que siempre tuvo en lo to·
cante al
Rey,
é
que les rogaba mirasen su justicia é por cuán–
tas maneras habian rocurado ue no llegase
á
consegui.!:...§Q
¡¿__ersona el nombre
d~b,irña~r
;e-que-comó'Taciudad del
Cuzco fu ese el prencipal ojo que babia que ver en el Perú,
é
la más rica ciudad, no sabía Hern ando Pizarro si le queria de–
fend er la entrada;
é
que en nenguna manera él deseaba venir
en rompimiento, por amor del
Gobernad o~·
Pizarro, su compa–
ñero, ántes determin aba, si
á
ellos les parecía, enviar sus
mensajeros
á
Hernando Pizarro para hacerle saber de su ve–
nida é la intencion que traia. A todos pareció muy bien que
debria de enviar los mensajeros,
é
que en lo demas no dudase