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CAPÍTULO LXXXV.
De cómo el capitan Alonso de Alvarado salió de la ciiidad de la
Frontera á descubrir las provincias de .Moyobamba
,
é
lo que le sucedió en el viaje.
Pues como Alonso de Alvarado desease por su persona
pásar adelante del río de Moyobamba, adonde los indios le
decian que habia muy grandes poblados
é
tierra rica,
é
que
eran belicosos los naturales
é
de poca razon, porque se co–
mían unos á otros
y
eran en todo viciosos, mandó apercibir á
los que habian de ir con él;
é
á Gomez de Al varado dejó en
su lugar en la ciudad, mandándole que tuviese gran recaudo
en ella,
é
que no consintiese hacer nengun agravio
á
los in–
dios, ni tampoco les sufriese n€nguna desvergüenza, sino que
así
á
indios como á cristianos hiciese vivir con toda rectitud.
É
dejada la nueva ciudad en órden, con la gente que con él
iba, que eran pocos más de ciento
é
veinte españoles de pié
é
de
á
caballo, todos diestros y entendidos en la guerra de
los naturales, que la habían tratado muchos años (indios ami–
gos de los que eran sujetos
á
la ciudad, llevaban tres ó cuatro
mil),
é
pertrechados de armas é de mucho bastimento é otras
cosas que son necesarias para la guerra, se partió con toda su
gente. Fué caminando por las provincias de las Cbachapoyas é
llegó
á
las de Moyobamba, adonde tuvo algunas refriegas con
los indios, mas fácilmente los desbarataron; desde allí tomó
informacion de lo que había adelante,
é
supo cómo estaba en
medio una muy grandísima montaña muy áspera,
é
por donde