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GUERRA
El Adelantado le dijo: <ceso qmsiera yo, licenciado, que vos
hobiérades dicho al Gobernador ántes que viniérades acá,
pues sabe que, comenzando su gobernacion desde el rio de
Santiago, que no puede alargarse el término que en ella tiene
señalado
h~sta
el Cuzco, ni allegar hasta Lima, que, conten–
tándose con lo suyo, me dejara libremente lo que á mí el Rey
me ha dado, lo cual yo tengo de haber
ó
perder sobre tal
caso la vida». El licenciado le dijo: «agora bien, ¿sabeis qué
colijo deste negocio? que el vencido, vencido, y el vencedor
perdido;
y
con esto me voy». Y así yéndose
á
su posada, le
dió un mal súpito de que le causó la muerte, como
a~elante
diremos.
El Adelantado, !la.mando
á
consulta
á
Orgoñez, Diego é
Gomez de Al varado, los capitanes Guevara
é
Chaves; Her–
nan Ponce, Sotelo, Rojas
y
otros, trataron entre ellos. lo que
seríá mejor ·hacer; porque el Gobernador se reharia de armas
é
podr:ia juntar gran pujanza de gente, de tal manera que sin
·- mucha dificultad
P.Q~ria
venir· contra ellos, que sería cosa
ac.ertada salir con brevédad de la ciudad del Cuzco é caminar
háe!ia Lima. Orgoñez siempre daba por consejo que matasen á
Hernando
é
Go0zalo Piz,arro, porque era asegurar su partido;
Diego de Al varado
y
Vasco de Guevara, mostrándose favora–
bles dellos, con sus
p~labras
eran parte para quellos no mu–
riesen como Orgofiez deseaba.
É
por entónces no se trató en
aquella consulta más que .de que se aderez·asen las armas
é
se hiciese pólvora, lo cual
~ncargaron
á
Pedro de Candía,
é
que tambien fuesen hechas muchas picas para ir apercibidos
adonde quiera que fuesen;
é
que primero que saliesen del
Cuzco babia de ir Orgoñez
á
desbaratar al Inga, porque no
volviesen á poner cerco sobre la ciudad del Cuzco.