O DE DE LA MO CLOVA.
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cion de extrángeros,
la inmigracion se limitaba á
.los pQcos españoles, que obtenían una licencia
embarazosa, venian de empleados
ó
misioneros,
ó
se embarcaban secretamente, y que podian sobre
poner e tanto á
1
s dificultades de la larga distan–
cia, como á la insalubridad del tránsito. El i tmo
de Panama fué una tumba, donde se sepultaron
la mayor ·parte d·e vidas y esperanzas. Los que
lograban triunfar de todo y no se inclinaban al
estado eclesiástico ; si bien con el trabajo y econo-
1nía podian casi siempre adquirir una posicion
.
.
honrada y cómoda ; con dificultad llegaban á ser
el tronco de una ser· e <!le ge e cia es blancas.
Entregadl
1
ayor
p~rte
a
las arles ámanos
servil
ndo la ri iocr cia de color como
indigno
n ' e el
tr
ba ·o l ca1npo, siendo
escasos lo destinos públicos y para pocos la mi–
nería
y ·
el comercio, no podian ser muchos lo
hijos de blancos, que conta!an con seguros medios
de sostener una familia con el
1
uj o, que se habia
hecho una nece idad ocial. Por eso era excesivo
el número de las niñas , que procuraban sal ar su
virtud y :su porvenir en el claustro; exce ivo el
de. los
j
óvene (ue adoptaban la carrera eclesiás–
tica; y mas excesi o el de aquello , que e entre–
gaban
á
un libertinage infecundo ó se unian
á
otras castas, mas á menudo en el concubinato, que
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