DON LUIS DE MÉLASCO
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ni en ingenios de azúcar,
ú
otras fábricas aná–
logas: No debia repurtírseles para el cultivo
de viñas
ú
olivares; y los que fuesen destinados
al trabajo de otras haciendas, debian venir de
r
las cercanías,_
ó
establecerse en pueblos ,vecinos.
En todo caso se les dej aria el tiempo suficiente
para el cultivo de sus chacras. Los yanaconas
dej
ar~an
de considerarse como adscritos al terreno,
pudiendo retirarse libremente, cuando gustasen,
y no debiendo ser tenidos en cuenta al
negoc~ar,
arrendar, ceder
ó
trasmitir las fincas deJcualquier
otro modo. Por lo tanto debían cesar los jueces
de reparti
i
n o,
y
el oidor e cargado de visitar
las prov;in ·a ha ia
qe
aaegurar la libertad de
cuantos estu_vi01
-e
suje os
á
ta e_s
ervidumbres.
Se pondría un gran empeño en atraerlos al tra–
bajo voluntario por medios justos
y
suaves , al
mismo tiempo que se cuidaria de facilitarles los
medios de subsistencia
á
las condiciones mas
favorables. En cuanto al trabajo de las minas,
que era el punto mas escabroso, se aspiraba
á
la
estincion gradual de _ las inicuas mitas. Potosi,
como el mas importante centro mineral, debía ser
visitado lo mis:µio que sus contornos. Los indios,
que le estaban repartidos, debian ser tomados
,del asiento y de las cercanías, promoviendo el
aumento de la poblacion y obligando tambien