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<:orno caualleros animosos y esfforzados, y en–
tra~bos
teman siempre de mi este loor tan bue–
no. Mas p!ugui era a Dios del cielo hiziesse don
Francisco esto mismo en el Peru al tiempo de en–
coni.'rarsse con los tiranos, aunque muriesse en
la batalla, que yo diera por bien empleada su
muerte, pues moria en seruicio de Su Magestad,
haziendo en si lo que deuia a buen cauallero hijo·
·dalgo. Passadas estas cosas, con otras, salieron
·entrambos de la plai;;a, aunque estauan como mo–
lidos,
y
les dieron otros cauallos bu enos en que
(r )
-subieron, y los .demas capitanes y soldados de a
-pie .Y de a cauallo se fueron en buena hordenan·
't;;a a pasearsse por las calles de la cibdad , lleuan –
do sus vanderas tremolcando ,.por los ayres,
y
al
:Son de los atambores y con gránde musica de
·trompetas .y chirimías, hasta q ue todos. se cansa–
ron de andar.
Y
como era ya tarde, se fuer on to–
·dos a sus posadas, desde la plai;;a, en donde auian
' hecho alto , y Don Francisco de Mendoi;;a se fue a
palacio [a] hazer reuerencia al Visorrey su padre,
y le alabo mucho
·10
que auia hecho, y le dixo
.que ·pues auia de yr al Peru, hi ziesse tales cosas
con el cargo del generalato que lleuaua, qual es
·conuenia a su fama Y. honor y a la de sus pasa–
<los. Porque los caua:lleros que auia en el mundo,
no se llamauan caualleros por lo mucho que te–
nían, sino por los muchos
y
buenos seruicios que
(1)
Tachado:
salieron.