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bien a rmados
y
tenían muchos Yestidos y caua ll o
que au ian tomado de l despojo de la batalla de Qui–
to, y con e l socorro que les di eron, y uan muy con–
tentos y vfanos ll enando por delante mu ho se rui –
cio de y ndi os y de y ndi as. Prosiguiendo Gon<;alo
Pic;arro por su camino adelante, de pueblo en pue–
blo, yuan sus capitane y hombre principales tra–
tando de muchas y diuer as co. as en tre los vnos
y lo otros poi- tene r algun a liuio en el camino,
como e suele hazer muchas veze , y
Yn
dia pa–
re e que comern;aron a dez ir qu e Su Mag-e tad,
omo buen eñor y xpianis imo r ey, no trataría de
co a pa sacia , ni miraria ni au n haria caso de lla ,
y qu e
in falta ningu na co nfirmaría a Gon<;alo Pi–
-<;a r ro Ja gou rn ac ion qu e la R ea l Audiencia le
auia dado
y
encargado, porque el mere cia tener
e te R ea l cargo poi· lo buenos
eruicios que le
.auia hecho en la tierra . Otro uvo que dixe rnn de -
uergonc;adamente y
in ningun miramiento y con
-o-ra n obernia que aunque u
~lage
tad qui
i
se
J1az r otra o a en contrario de lo que le auian de
upli ar, no au ria effecto, porque ello. lo deffende–
rian a capa
y
e pada, o i no on muy bu eno arca–
buc;azo .El Li enciado Cepeda, por agrada r en a lg o
onc;alo I ic:;arro pa aua del pie a la mano con
u d
u rgon¡;ada platica, aprouandolo Hernaodo
Bachicao y otro tale como el que e ran hombr e
d
atinado y mal ynt encionado , ymprudente - y
ne
i
en lodo y por tod ; el qual dezia que Jo
r yno
r
prouinc ia del Peru comp tian a Gonc;a–
lo Pi1;arro por muy ju to
y
bu eno
titulo
y
de
d r
ho, pu
1
y
~ u
herma no
la auia n o-anado