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que lo lleuaua e l Oydor Ju an A lua r ez. Y de como
dez ia muchas cosas contra los que seguian e l pa rti–
do de los Oydoresy de Gorn;:a lo Pic;a rro ,
y
de como
haz ia g ran llamami ento de gente, y de
~omo
a ui a
hecho abrir v n R eal se llo , y de como despachaua
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negocios por Audiencia r esidiendo en ell a ta n sola-
mente con el Oy dor Juan A lua r ez . Destas nueuas
peso mucho a todos los qu e seguí an de co r ac;:on la
fa lsa opinion ele Pi <;a rro,
y
mu cho ma s lo sintio el
mismo
y
tuuo ent endido, como el e a ntes lo tenia,
que la pris ion de l V isorr ey era trato doble, para
lo qual embio a ll ama r a los Oydor es para certifi–
carse dellos lo qu e passaua. Los Oydores vini er on
y
le ce rtificaron ele todo lo qu e au ia en el
y
los orfi–
ciales de Su Mages tad, y otros muchos le clixeron
lo mismo, de qu e se asseg ur o a lg un ta nto;
y
por
es ta causa cesaron las fi es tas por hazer otras cosas
conueni entes a ell os para la seguridad de s us vi–
das
y
pe r sonas,
y
para ratiffic ar se mas e n la tira –
ni a en qu e P ic;a r ro estaua ya puesto; al qua ! dexa –
r emos agora po r dez ir a lgo de l V isorrey .