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caydo en el suelo, tuuo compassion del
y
por hazer
lo que era obligado se apeo del cauallo para le
conffessar, y como no le conosciesse le pregunto
quien era y como se llamaua; e l qual respondía:
no os va nada en saber de nii nombre;hazed vues–
t1'0 ofjicio, que es lo que 11ias a 1ni nie conuiene,·
y assi el Padre le comern; o de conffessar. A ndaua
el Licenc iado Carauajal discurriendo por la bata–
lla y fue ra della en busca del Visorrey, y como
andaua disfra<;a do no le hallaua, y acasso s e vino a
topar con Pedro de Fue lles que andaua en su bus–
ca, y le dixo corrw e l Visorrey es taua tendido en e l
campo conff ssandose con el Padre H e rrera, qu e
se lo a ui a mostrado vn soldado de los s uyos . El Li–
cenciado se holgo mucho con esta nue ua y sin aguar–
dar punto se fueron j_untos has ta donde el Visorrey
estaua y topa ron con el al tiempo que ya se auia
conffessado,
y
e l Padre Herrera que lo acabaua
de absoluer con mucha lastima, porque en su
conffission conoscio qui en era. Queriendo el Li–
cenciado apearse para le cortar Ja cabe<;a, le· dixo
P edro de Fuell es no lo hiziesse, que era g ran ba–
xeza y officio d e verdugos en querer executar con
sus propias ma nos la muerte e n aque l hombre que
es tau a medio muerto . Y por esto e l Licencia do no
se apeo, a ntes ma ndo a vn gran
mor~s~o· que
siem–
pr e traya consigo que le- cortase la cabe<;a, y el
morisco lo hizo prestamente con Ja misma daga
del Visorrey con la qual mato al Factor, aunque
otros dizen que se l a corto-con vn machete qu e e l
moro traya, y a l tiempo que
e, la corto dixo en
boz alta:
Est e es el fin de mi j onzada, no po1'