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capitanes y de toda la vezindad, e l qual y ua
ar.ma–do de la forma y ma nera que entro en la batalla.
Yuan todos los prebendados de la yglessia mayor
y todo el regimiento y las. jus ticias de la cibdad
con e l cuerpo, el qual fue
enterrq.domuy honrra–
damente como a tan alta p erson a meresci a , y los
dos capitanes fueron enterrados despues con otros
muchos que a lli truxe1·on sus a migos. Gonc;:alo Pi–
<;:arro mando dezir muchas missas por el Visorrey,
dando toda la offrenda y cosas necesari as que fue–
ron menester, y
se~ py~si e ron
e l y t q_dos sus capita–
ne~
lu!?_por el Visorrey y lo truxe ron mas de
veinte di as on demostrac ion de mucha tris teza y
pesadumbre , todo lo qua l fue falso. Todo lo qua l
se les perdonara co n ta l que no ma tara n a l ynclito
y buen Visorrey y tuuieran a tencion a que e r a
criado y hechura de vn tan poderoso Emperador
que es nuestro rey y señor na t11ra l, que saoria p e –
dir muy es trecha cuenta a todos los tiranos . Ente–
rrado que fue, vn vezino muy honrradode lacibdad
de Quito, lla mado Gonc;alo de Pereyra, pusso vna
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noche secre ta me nte, con sabiduría de l sacristan,
vnas coplas encima de la sepu ltura de l buen Viso–
rrey.
Y
otro dia qua.ndo a manescio y vieron e l le –
trero,
much.osde los leales que a ndauan po1· la
cibdad se atemoric;ar on mucho, creyendo que
como auian sido mucha parte en auer seguido al
V.isorrey hasta la muerte, que les podrían ac hacar
alguna cosa; mas no u vo nada. Go nc;:alo Pic;:a rro se
enojo br auamente contra la persona que las pusso,
y si e l supiera quien era e l tan atreuido,
in duda
ning una lo mandara muy bien castigar, o a lo me-