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es padas
y
d::igas desenuay nadas
y
los arcabuzes
e n las manos pues tos a punto para tiralle s i se de–
ffencliesse. Franci sco de Almendras, queriendose
deffe nder co n buenas razones, pues con obr as no
podia, dixo a los pr endedores qu e lo dexassen
y
le
oyessen, que el ha ría todo lo que el S eñor Diego
Centeno quisi esse; [mas] no le aprouecho cosa,
que no le quiss ier on oyr, antes le a pris ionaron
muy bien y le dixeron que pues el no au ia querido
admitir los ruegos de los bu enos él.e l pueblo, que
por ta l casso no auia de ser oydo, y con e to se
apoderaron lu ego de las a rmas
y
dineros y ropa
qu e tenia en su r ecamara. En e te comedio y en la
misma ho1·a y punto prendieron a Di ego Hernan –
dez en su casa, que estaua muy descuydado deste
·sucesso,
y
a Remando Corucre no le ha ll aron,
qu e fue auissado v n poco an te , y assi se escondio,
que no tuuo lugar de au isar a l theniente , porque
luego supo <leste secreto. Assi como Francisco de
Almendras fue preso, luego comenc;:aron los hom–
bres que es tauan en la puerta de la ca lle con Lo pe
de .\'1e ndo c;:a. a dezir a grandes bozes:
¡viua el rey!
¡viua el rey y Diego Centeno su Capitan gene-
11al, y niueran traydores y crueles tiranos!
A
es–
tas bozes
y
ruydo de los a r'cabuzes que d is para–
ron,
y
a l r epique de las campanas, s ignifficadoras
de a rma
y
rebato, acudieron luego mucho hom–
bres a la pue rta, a los qua les r escibie1·on con amo1·
y
buena voluntad
y
luego comenc;:aron a dezir a
g r a ndes bozes muchas vezes:
¡libeytad, libertad!
¡viua el rey! ¡viua el rey y mueran fraydores
y
tiranos!
Assi como Lope de Mendoc;:a v ido que