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tributando el homenaje de su gratitud á
un buen ciudadano, y el justísimo deseo
de hacer conocer al mundo que nuestra
sociedad, reconocida, culta y respetuosa,
honra el mérito y presta el debido aca–
tamiento á la suprema autoridad. El
pueblo dé Lima, congregado en torno
de. los restos mortales del Presidente, y
regando lágrimas y flores en su féretro,
ha espresado fervorosa y dignamente ,
con su propio sentimiento, el sentimiento
general de todos los pueblos del Perú.
.Así nosotros, contribuyendo con esta
publicacion
á
la grata memoria del Gran
Mariscal San Roman, consagramos tam–
bien el merecido elojio al nobilísimo pue–
blo que ha hecho su apoteósis con es–
pléndida magnificencia.
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