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APÉNDIOE DEL
PADRE 04PPA
Los religiosos gerónimoetomaban detenidamente
el
pulso al negooio
de acabar con los repartimientos, lo cual exasperaba á Oaeas,
y
le
hacia prorrompir en violatas acueaciónee aun contra los religiosos
dichos, pareciendole que oon su lentitud se haoian cómplices de
CRÍTICA
toridad lo ha de impedir por cuanto pueda. El padre
Cappa, á todo trance, quiere cambiar el aspecto
á
la cues–
tion para ridiculizar
á
su
antagonista; pero
esto
no
le ha.–
ce honor.
En cuanto
á
la máxima que agrega en este acápite, esto
es:que si la
prudencia
no
rije aún
lo
exelente, se r6cogen
a,'TIUJ,rgos desengaños,
esta
máxima es exactisima,
y,
si al.
gujen dudara de ella, el padre Cappa pudiera encargarse
de convencerlo con el ejemplo de sí mismo,
y
con los
acontecimientos de Lima del año
1886.
En efecto su–
pongamos, para hacer un favor al padre Cappa, que él
haya
juzgado cosa
excelente
publicar ciertas noticias
y
ciertas apreciaciones acerca de los..grande'!t hombres ame–
ricanos de nuestros tiempos. Dado esto,
~qué
cosa ha re–
cogido
dQ
ésta publicacion
el
padre Cappa? ¡Amargos
desengañe
t
¿Porqué? Porque la prudencia no rigió
lo
excelente
de las intenciones del padre Cappa.
Es pues el caso de decirle, con San Pablo:
propter quod
inexcusabilis es,
o homo omnis,
qui
judicas.
In quo enim
judicas alterwm, te ipsum condemnas.
Esto
es:
Por lo cual, tu eres
inest~usable,
6 hombre (P. Cappa)
quien quiera que seas, que te metes
á
condenar
á
los de–
más,
pues en lo que condenas
á
otro (al P. Las Casas),
te
condenas
á ti
mismo. (A los Romanos, c . 2. v.
l)
En
cuanto
á
la prudencia del padre de Las Casas, no
es el padre Cappa el llamado
á
juzgarla, porque el padre
de Las Casas es un Santo,
y
el padre Cappa no
parece
tener el
don de conocerá los
Santo .