I
- 10 ...,
sacerdót~
no
pndo
menos que
encenderse·
en·santa;
cólers
contra
sug opresores; hablóles
enérgicamente, les conminó
en: nombre de Dios
á
que mudaran de conducta;
y
aunque
sús
palabTas
se estrellaron en el corazon
egoísta del
avaro
conquistador, no por eso se
desal~ntó:
sa
vida
peligraba
si seguia
hablando, ·
mas
no gnardó
sileneio;
antes,
~anto
mas esforsado, cuanto
mas
combatido, atraviesa tres ve–
ces el
Océano, se presenta
á
la
corte
de
E·spaña
y
ne
la- deja
reposrr hasta que logra ver
:en~sto
algun remedio
á
ese
cumulo de males
que opr1m1a
á
los desventurados
índios, Cisneros, el gran ministro, del cual dijo Leibnitz
que, si hubiera como
compr~r
un ministro, la
España
./
fleberia
dar
por tener otró Cisneros
todos
los
tesoros
del
Nuevo·Mundo, Cisneros escueh6 con atencion
á
Jias Ca–
sas,
y
lás primeras medidas que se
tomaron para proteger
á
los indfos fueron dictada.s por aquel famoso
Cardenal.
Mas
t·ar~e,
como el mal fuese creciendo
espantosamente~
la's Casas' ·se presentó de
11uevo
ante
Catfos
v ·; y
el
monarca que decia,
con
justificada jactancia, el
Sol
n<J
'se p9ne
nunca en
mis
dominios,.
oyó
de la
boca
de
un
p.Obre fraile do"mínico, palabras
que le
hicieron temblar...
' ' S'eñor,
le
dijo el
fraile~
no habeis recibido de Dios las
Indias para destru.ecion
de
sus habitantes; sino
para
.con–
vertidos
á
la
fé:
acordaos·,
pues,
que
so0re
vos
hay
un
Juez, que os tomará estrecha cuenta de vuestras acci<>·
.,iles.»
Nada pone miedo a;l Defensor de los
Indi~s:
tiene por
enemigos
á
todos sus
compatr~otas
y
el
ódi~
de· estos
le
hace cebrar
nuevoR
hrios: predica, escribe,
disputa; ruega,
suplica, insta, amenaza
á
los
Reyes con la justicia
d6
Di@s.
Sus enemigos se unen contra
él
para hacerle daño; mas
no retrocede ni las calumnias
l~
abaten,. ni las amenazas le
asustan; ni las dilaci6nes
y
tardanza, calculadas le
desa·
lientan;
y
tanto pued'0
su
constancia qne, al fin, triunfa,
y
el
taiunfo de las·
Oásas es
el triunfo
d~l
cristianismo
y
de
la
civilizacion tGloria
á
la Religion que
produce
tales
hombres
!! ...• ;
¡Oh Padre Las Cásas! ¡Tú
solo
nombre .
ha dado
á
España ,mas honra que infamia
le
causaron