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Cartas
de
las
2tizjsion~i
ben
>:
qu-e.
los
ultimas
excdfqs
d.e la
~hlimo'!iaa<\
de la
her ~ g1a
>van
i
para~
contra
1~ ~abeza viflb~;
de-la IgleGa.
.
Por la tarde vimos venir una Canoa
grande
a},
fuerza de
remo.
El Capitan
fierr1pre alerta ,
no
ptt_.,
diendo defimprefsionarfc de que
le
queriamos
for.f.
. prehender,exclamo qu·c no fe acercaífe:fe difparo a¡
punto un Pedrero,
y
haviendo
la
Pyragt~a
hecho
fLt
feñal , todo quedo tranquilo. Venia en ella
el
The~
niente, que havia ido
i
faquear las chozas,
que
citaban lo· largo del Rio.
Refirio
que no havia
vili~
tado
fino
dos ,
o
tres plantaciones ,
en
que no
havi'(
hallado una alma;
y
ar~adio,
que fe
da
precifo
bol~
ver 'o:ra vez, para pegar fuego
a
todas. En efea:o,
'defpues de haver cenado,
y
conferenciado
larga~
mente con los Principales, bol
vio
a
partir. Pedi
licencia para ir hafia el Fuerte
a
tomar mis pape-i
les, pero me
fue
negada; y
para templar en alg<).
mi fentin1iento,
me
dixo
el Señor Porter , que
m~
llevaria c;:onGgo.
Tuve,
pues, paciencia ,
y
procur~recobrar
el
fueño , que havi
a
perdido en las
n~
ches
antecedentes; pero inutilmente' porque no me=
dexaron
cerrar los ojos
el efrru·end:q
que
hacian?.
YJ
~1
mal olor.
_
El Do1ningo por la máñana efperaba
ver algua
exercicio
de
Religion , porque hall:a entonces no.
haviá
vifro
feñal
alguna
de Chriíl:ianiftno ;
pero
fe.
pafso
el Domingo con1o los demas dias , lo que ef-1
trañe tnucho.
Me
dixo
el Capitan,
que
en
fu Seéta.
~ada
uno
fervia
a
Dios
a
fu
modo:
que unos eran
buenos,
y
otros malos;
y
que quien
hicieífe bien,
lo.
hallada. Saco al
mifmo
tiempo de fu
cofre
un
libro;
A~ ?kvQc;!Q~e~)
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