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Cartas
dt:
las MijJr'onei
tencia
a
Ios
moribundos '
y la infl:ruccioA
de
ta.·
ju~
ventud. En
cada Quartel
ti enen
algunos ChrilHa–
nos el encargo de avifar haviendo algun enfermo
de peligro: y luego
van
los feñalados
i
fus cafas,
a
darles
el
focorro que pueden.
Llevan
conftgo la;
exortaciones
mas proprils ' para
difponerlos
a
los
S~cramentos
,
y
para pedit· por ellos al Señor la
grJ.cia de una buena
tnuerre :
defpues
vienen
a
darme
avifo ,
y
les
adtninHl:ro
los
ultitnos
Sacra–
n1cntos. Mucho tuve que hacer ell:e año
con
los
muchos enfermos , que tuve que vifttar
,
y
por la
jmpofs·ibilidad en que eíl:aba de mantenenne
fobre
mis pies. Me llevaban tnis Ncophytos en una ef..
pecie de
litera ,
que ellos mifmos havian
com~
puefl:o. Son por lo co11un tan
.efrrechos
los
cami–
nos ,
que
nos vimos 1nuchas veces en
peligro
de
defpeflarnos en terribles
precipicios: en otras
par–
tes
ellaban las
MontJñas tan efcarpadas, que te–
nia
los pies en
alto ,
y
la cabeza
azia
abaxo. Lo
que mas fentia era la fatiga , que caufaba a mis ca..
ritativos
Neophytos. Les
manifeíl:aba mi pena,
y
fenti1niento,
y
me
refpondJan,
que
los
ofendia con
tales palabras :
y
me
proponian
lo
que
Chrill:o
Nueíl:ro
Bien
havia padecido por fu falud eterna,
fubiendo al Monte Calvario.
Llegando
a
la cafa
del
enfermo,
le hallo bien difpuell:o, le
adminifrro
los
Sacramentos con
.grande
edificacion ,
y
con toda la.
decencia , que
puede
permitir
la pobreza de
fus
cafas.
No abandonan. los
ChriO:ianos
al enfertno
haíla el
ultimo
fufpiro;
y
mi ent ra s vive, fon con–
tinuas las exorcaciones , devotas las jaculatori as,
y
oraciones, que
Ce
diceu delante de un
Crucifixo~
e
o~