íle la
Co;npañitt
de
Jefus.
1
6
~
~te~
rrtuy
efcarpados. Pero
quien
lo
créera
?
Una
huida
precipitad~
hizo
t
lo
que
no havia podido
hacer
el
unguento en e-i
cfpacio
de dos
rnefes. Ha–
viendo
caminado
dos leguas durante la noche
COA
una lluvia continua, trepando como podia por altas
Montañas,
fe
deshincharon mis piernas,
y
cafi fe
cura
ron mis llagas. Creo que no hall
ara
V. R.
efi"
receta en ninguna Pharmacopea de Europa •.
Participo
a
V. R. mis penas, pero fon
muy
li~
geras,
G
fe
comparan
con los_confuelos , que recibo
cada dia de lá inocencia,
y
fervor de rnis
Neophy~
tos. Se. hacen inll:rucciones,
y
fe adminifiran loi.
Sacramentos en mi Igleíia con
tant~
edificacion, co-1
mo en las Parroquias mejor regladas
de
Europa ..:
La¡
Oraciones
de
que ufan
fon
muy
devotas,
y
lar~
gas,
y
las {aben de memoria los hombres ,
y
laJ
muge res. Sus horas contienen·muchos exercicios
de
devocion, efcogidos
de los
Devocionarios Fran..–
cefes, Alemanes, Italianos ,
y
Portuguefes. Rezarr
con
frequencia
el Rofario,
y
las
Oraciones que
preceden
a
cada
diez.
Eíla
arrt-glado el orde:1 de la
Oradon,
y
en cada familia fe hace cada noche en
comun.
Quando buelven de
fu
penofo trabajo, por–
que fobre ell:as al ras
Mont~ñas
no pueden fervirfc:
de befiias
'y
tienen que labrar la tierra
a
fuerza
de
brazos , fe
junta
toda la fam}lia, fe
enciende
una
lampara,
o
una vela de cera ,
y
fe
quetnan
perfu~
tnes delante de la Imagen
,
que
e!l:a
liempre
colo~
'
cada en el parage
n1as
honrado de la
caCa.
Iinrona
uno de ellos la
Ora/ci~n,
y
liguen los otros con el
mifmo tono, con paufa·,
y
con refpeto, dúrante la
Or~cion.
Se
poíl:r~n
algunas veces en tierra, otras ·
incUnJn
la cabeza,
en
fcñal
de
adoraci9~,
o
para ·
X
2,
dar